Miraba hacia arriba y viendo caer la lluvia, pensé que ésta ojala destiñera. La lluvia .. siempre gustosa, siempre sorpresiva. ¿Qué pasaría si la destiñera según la luz u oscuridad que nos acompañe en el momento?. Si destiñera según la situación que se atraviesa?.. o según el viento que nos empuje?. Ese viento que se puede llevar muy lejos lo maravilloso que posees, o lo acerque tanto que se funda contigo.

Con estos pensamientos en la mente te miré y comprendí que esta vez era diferente. Dejé que mis ojos se embriagaran con detalles, mientras caminábamos al ritmo de una canción ligera, tu cara se iluminaba con los ventanales. Me inundaba tu perfume.. que se difundía desde la piel de tu cuello hasta mí, y estando tan cerca lo sentía propio. Nos sentamos cerca de la calle, y mientras el agua acariciaba el cemento, tus prohibiciones consintieron a tus deseos rozándome los dedos cada vez que podías.

Quizás debí decir algo en ese momento, pero no me atreví. Los pensamientos rebotaron, me di cuenta que según la ocasión me acobardo.. me intimido. Pero no, prefiero decir que soy escéptica, y me mantengo al borde para hacer cumplir inexorablemente lo que suele llamarse destino.