fragores lanzados al viento
así nació tu corteza de hombre enraizada en un sepulcro siniestro de lupuna
como brillan tus ojos de tigre negro
presagiando ignito goteo de las hojas coaguladas huesos marchitos
en búsqueda de la existencia en el vientre de la muerte.
desde algún lugar de quimera
enfurecidas hordas encriptan su destino en un tiempo inmemorial
todos contemplan sus cuerpos designios de batallas sin pedestal
contemplan sus manos de fuego sosteniendo el filo del hades
conteniendo en sus ojos la ansiedad abrasadora de nacer como hombremachaco yacuhombre
otro espíritu de la selva.
todos extendiendo los brazos ramas que se agitan como tratando de alcanzar el sol
formar una constelación nueva sin importar el riesgo de extinguir el hálito último
atravesado por lanzas y flechas de guerreros míticos, héroes divinos que vierten su sangre
para alimentar la tierra de la eternidad de sus nombres
para conseguir prevalecer y subsistir como indómita raza
y que sus historias se cuenten entre todas las generaciones
y que sea escrita en el humo de las tushpas al anochecer
y que sea cantada por huancahuis al encenderse la luna
contemplando en silencio la danza eterna de las estirpes
nacidas entrelazadas por ríos en las entrañas de la madre selva.