En la espesura de la nada, en ese casi que se desborda y aprieta y todo parece extenso y el olor no existe y el hacer es un siempre no hacerse, un deshacer haciendo y lo ambiguo es un permeable pulmón oscuro que resiste, que se hincha y casi late y casi también, está rígido como roca de cuarzo que se asoma en medio del río un día cualquiera a mitad de la tempestad, un río que no vemos ni existe, ni la tempestad ni la roca, donde parece que aparece algo parecido a esa forma. Forma esquiva e imaginable, que tan es como su misma posible inexistencia. Ahí hay la cosa. Cosa ente, cuasi criatura, amorfa en su forma bella y bella en quién así lo imagine, cuestión de fe.
En esa espesura, entre azul, negro, blanco, o gris, o amarillo; pegajoso, áspero, suave, pulcro, límpido o inmundo; en la nada de la nada, ese todo que se compromete, eso que ahí, como te decía está, que no se sabe, que no está ni es, pero si se cree, quizás sea Dios, Quaxalá, fuego, Ton Ton, Ba-Da-Algi-Ba, solo entre todo lo que no hay, entre todos los que están y no, inventándonos para que podamos recrearlo, o crearlo; soñándose, soñándonos, inventándose para creer que lo crearemos. Eso, lo tan sagrado y venerado y cuestionado y despotricado, tan si mismo , tan él como ya no nos podríamos imaginar. EsoÉl que te mencionaba: está solo; tremendamente solo y desesperado, nos envidia.

(Comentarios que no hacen ni deshacen.

Dicen que fue padre, que tuvo un hijo hombre, que se le suicidó, se hizo hacer matar ya sabiéndose mortal; decían que Él lo sacrifico para salvarnos, más parece para cubrirlo, que clase de padre puede ser uno así, no preocuparse por la salud del hijo. Fácil es entregar el hijo y no entregarse él ¿no? No había datos de tener pareja, ni humana ni mucho menos divinidad alguna... en fin, milagros de la ciencia.
Contaba que estaba solo, sin pareja, ni hermanos, ni padre ni madre ni tía, y tampoco hijo, si lo sacrifico o se le suicidó, tampoco amigos... Por eso está espantosamente solo; solo y aburrido, temeroso, inquieto. Mueve sus dedos con un ligero nerviosismo, si es que los hay o los tiene (imagino, ¿por qué no?). De tanto en tanto grita, si es que tiene voz, y golpea con la fuerza de la desesperación, con manos y pies a la vez, claro si es que están. Y se pregunta una y otra vez: -¿para que sirve ser un dios y estar en esta terrible y mísera soledad?)