(Imagen de un escape hacia adentro)

quiebre del sol
espejo arrugado
hay sombra y frío dentro de esta esfera
minuto de silencio
inhala
exhala
cantidad de bruma
humo
eternidad salvaje
mirada de aguja
de manos
puños
ecos subversivos
transversivos
inversivos
aprendiendo
asimilando la intensidad de la asfixia
de los últimos alaridos
del beso en la mejilla de la muerte sonriente.
demasiado cuervo para sentir miedo
demasiado serpiente para tener remordimientos
para abrazar este reflejo
este cielo invertido
este corazón inmaterial
inmemorial
con gemidos desgastados
este pedazo de llaga infernal
adormecida
suicida.
tendría que descifrar algún enigma en la piel
esperar la estabilización de algún gesto
algún reflejo humano
saber que no me he cancerado en vano
que no en vano me he infectado
con este caos incierto
subliminal
siguiendo los rastros de la luna
vulcanizando los poros
y que mis pupilas dilatadas
que amanecían devorándose una a la otra
no aprendieron en vano
a usar sus invisibles colmillos de shushupe.
salto sobre los ríos ácidos
ingreso a la flama
al vómito tectónico
a todas las alcantarillas que conforman mis venas
oxidadas
donde florecen coloridos quistes
constelaciones sombrosas
en la sima dual
distorsionada
de mi subinconsiente.
la hojarasca continúa su vía crucis
hasta el suelo
lluvia escalofriante
esquirlas palpitantes
blancas polvorientas respiran
jadean
se entierran en el rostro entumecido
babeante de la penumbra.
nada ha cambiado
en el fúnebre brillo de mis escamas
aún mis branquias despiden silbidos diabólicos
aún se escuchan en la oscuridad de los corredores
balbuceos desequilibrados
paraísos de ceniza
parpadeo de voces
huellas de estatuas y cieno
calzando los perfiles esqueléticos
extendiendo sus números hasta ahogarse en mis tabiques
en toda la explanada de mi lengua
recorre mi garganta casi danzante
la muerte fornica con mi sombra
acaricia mis estigmas
saborea la sal de mi cuerpo
y por último me deja dormir
exhausto
entre sus brazos tiernamente.