-¿Cómo saltar kierkegaardianamente de la ética a la religión?
-Por medio de los trampolines que Hume coloca con ironía al pie de sus obras. Nicolás Gómez Dávila


De la ética a la religión
con salto elástico y burlándose del vacío,
el pensador equilibrista esquiva el abismo
llegando ileso a la otra orilla.

La única forma que existe para lograr esta hazaña
es la del hábil filósofo inglés;
que coloca en la raíz de sus páginas de alto vuelo
un trampolín aceitado con cierta cantidad
de deslizante ironía.

Así los trampolines de Hume
ofrecen una rampa oportuna,
que impulsa desde el suelo
-afirmando los émbolos de su pivote-
al veloz cohete de la ética
hasta las estrellas de la
lejana religión.

Jorge Ángel Luna Rosado
Colombia