El hombre inteligente llega pronto a conclusiones reaccionarias.
Hoy, sin embargo, el consenso universal de los tontos lo acobarda.
Cuando lo interrogan en público niega ser galileo. Nicolás Gómez Dávila


Todo hombre inteligente bajo la lámpara de la razón
transpira conclusiones reaccionarias,
el pretérito libro de la historia
arroja sin piedad amarga contradicción;
el fétido desdén del espectáculo diario
recogido en históricos apuntes
se representa como fábula de tiempos mejores.

Todo allí es miseria, injusticia, desolación
y es tan aplastante aquella irreverencia,
cuando estalla burlándose del límite de la náusea;
que deja el ambiente impregnado con el olor
de su pólvora homicida.

Allí es donde el hombre inteligente
eleva su convicción de reaccionario,
pero el consenso universal de los tontos
lo amarra con una estúpida cadena
y así lo detiene la cobardía.

Por eso cuando lo interrogan en público
después de salir del Monte de los Olivos
niega ser de Galilea.

Jorge Ángel Luna Rosado
Colombia