El temor. Es algo a lo que como seres humanos estamos acostumbrados, es parte de nuestra naturaleza. Cuando se menciona esta palabra, se nos vienen a la cabeza figuras como una máscara espeluznante, arañas, pesadillas nocturnas, ladronzuelos en tu casa.. pero hoy no me refiero a eso; sino al temor de algunos de nuestros pensamientos. ¿Y si se arrepiente de su decisión? … ¿Y si es no es completamente feliz? … ¿Y si la oportunidad de tener amor se va? ¿O si ya se fue?

Y es que las cosas rara vez resultan como esperamos. A veces la suerte nos acompaña, y en otras nosotros mismos nos labramos nuestro destino, pero lo importante aquí es que hay que confiar en que lo que tenga que pasar, pasará, y de una u otra forma, siempre terminas con quien debes terminar.

Sin embargo… mientras eso ocurre, hay que coquetear con esos pensamientos aterradores, hay que conquistarlos, y la única forma es empezando a recordar que lo que no nos mata, nos hace más fuertes.