-Agradecimiento especial a Mónica Martín-

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Ahora habitamos la hora confusa,
nos mide una casta de desarraigos.

Pulsan vías ocultas en desmemoria,
abren el pecho dolido a la humanidad.

Ahora surge un sangrado de indecisiones:
anular, o no, los relojes de la fatalidad;
asentarse en la templanza,
o renunciar a la brújula del cielo.

Ahora toca aprender la lectura de las estrellas y los signos,
desmontar el techo, los aparatos de represión.

Ahora toca alcanzar el firmamento,
dentro del pecho o de las nubes.