otra vez el peso del mundo me aniquila
siento cimbrar mi eje, me desorienta, la angustia socava
hay grietas en mis galerías, otra vez la leguleya presiona por entrar
será que estoy gastando los últimos cartuchos de resistencia?
qué hay hoy en mi que mis huesos tiemblan?

la tristeza rasga la piel
no hay un lugar en el mundo donde encallar mi osamenta
donde a mis pájaros no los maten a pedradas
donde la realidad no sea un fusil que te apunta a la frente y dispara
donde ser no sea pecado o traición
donde el alma se expanda y hable como es y sienta
donde los abrazos, besos , caricias sean mimos constantes y rediman
donde nada sea global y la indiferencia no exista
donde todos los otros seamos un nosotros también
donde no se simule vivir y la vida elegida sea intensa
no una tenue existencia obsecuente a los sistemas

otra vez el peso del mundo, ese peso tremendo
todo aquello que ya no entiendo, a lo que me resisto
mientras escribo más me desespero y me doy cuenta
creo que es inútil esta resistencia que me ha llevado toda la vida
este cuasi huir rompiendo fronteras, quebrando límites
tratando de ser que y quién siento ser
y saber que no hay espacio en este mundo donde siquiera esconderme
y no hay otro, no hay otro

siento un profundo deseo de poner fin, abrir las grietas
y que la bruta como en un dique roto me entre definitivamente