Aferrándose al estoicismo de Taine
se desprenden cercenadas las vigorosas ideas,
reacias a rudos mandobles destructivos
bordean inmensos precipicios
y reagrupan destrozadas divisiones.

Ante mordaz interrogatorio dan muestra de cerrazón sentimental
y sintonizan absortas ondas musicales
en busca de un término medio que cante la verdad,
palabras súbditas entre reinos ideales, nostálgicos y ceñudos
impaciencia milenaria
discurso alígero,
que traspasa la Historia con afilado crescendo
despertando la conciencia,
líderes valientes portadores de la palabra hirviente
huracán incontenible
órbita solitaria desatando las fuerzas del caos
abatidos
por decir la verdad.

La oratoria del caudillo Jorge Eliécer Gaitán
traspasa el corazón latinoamericano,
deja una herida profunda en el atraso secular
de nuestros pueblos,
un 9 de abril a la una y cinco de la tarde
trágica noticia desata la hecatombe
que no tuvo días siguientes
y todavía hoy aquel incendio
quema a mi patria.

El Verbo,
en el principio era la acción
fuerza creadora
la palabra
ígnea que organiza el caos
y desata la activa voluntad
hoy
férrea muralla
nos impide expresarnos
fuerte mordaza
cierra las sílabas osadas
y no se encuentra el
dúctil
lenguaje, el palimpsesto
que al rasparse los antiguos
caracteres,
aparece su sabiduría original
oculta bajo el barniz
vítreo
las húmedas páginas amadas de los sabios.